Como es tradicional en el mes de Julio, la aldea almonteña del Rocío acogió un año más, la convivencia cofrade de las Cofradías de la Vera-Cruz y Rocío, hermanadas hace unos años, siendo este año invitada la Hermandad de la Borriquita que también está hermanada con la hermandad veracrucera, pues las tres corporaciones cofrades pertenecen a la misma parroquia San Benito Abad.
La expedición estaba compuesta por unos 100 peregrinos que durante el fin de semana disfrutaron de unas jornadas de convivencia en la casa propiedad de la hermandad rociera puertorrealeña situada en la Plaza Mayor de la aldea almonteña. Participaron los respectivos Hermanos Mayores: Manuel Lobo (Vera-Cruz), Antolín Soria (Borriquita) y la Hermana Mayor de la Hermandad del Rocío, María Mariscal, acompañados por diferentes miembros de su junta de gobierno, grupo de jóvenes y hermanos que no quisieron perderse este encuentro fraternal.
Durante estos días, los cofrades puertorrealeños disfrutaron de diversas actividades festivas y culturales, como la visita al Palacio del Acebrón, en la Finca de la Rocina y un paseo por los parajes naturales y calles que circundan la aldea del Rocío. El acto más importante fue la concelebración eucarística que tuvo lugar el domingo por la tarde ante el altar de la Blanca Paloma, que ofició el padre Juan Antonio Martín Barrera, nuevo párroco de San Benito y director espiritual de las tres hermandades, interviniendo el coro de la Hermandad rociera puertorrealeña.
El padre, Martín Barrera, aprovechó este primer acto que tiene con sus hermandades, para enviar un mensaje fraternal y de mutua colaboración bajo el amparo de nuestra madre bajo la advocación de Rocío.
Tras finalizar la santa misa, los peregrinos de Vera-Cruz, Rocío y Borriquita mostraron su satisfacción por este encuentro, que estrecha aún más los lazos fraternales entre ellos, y pusieron regreso a Puerto Real.